La intendenta de Saldán, Carolina Cristori, enfrenta una situación que trasciende la esfera de la política municipal para instalarse en el terreno de la ética democrática y la responsabilidad ciudadana. En la entrevista, Cristori denuncia la circulación de un video manipulado, una fake news que busca socavar su imagen pública y, por extensión, la legitimidad de su gobierno.
Este caso revela una estrategia perversa que se está volviendo cada vez más común en la política contemporánea: el uso de la mentira deliberada y la desinformación como herramienta de poder. No se trata aquí de una mera disputa electoral o de diferencias ideológicas: estamos ante un intento de erosionar la voluntad soberana del pueblo a través del engaño, el ruido digital y la manipulación .
Con estas acciones llevadas adelante, no solo se intenta desprestigiar a una intendenta, se está golpeando el corazón mismo de la democracia. La difusión de un video falso contra Carolina Cristori no es una travesura política ni un exabrupto electoral. Es una agresión directa a la voluntad popular que la eligió y una afrenta institucional que debería escandalizar a toda la dirigencia local.
Lo más preocupante no es solo la existencia del video —grave de por sí— sino el silencio de sectores que deberían salir a defender la institucionalidad. El Concejo Deliberante calla, observa, especula.
Nos manifestaba la intendenta: que dará lucha a esos sectores que creen que pueden desestabilizarla solo porque es mujer. Porque se animó a gobernar con otra mirada. Porque no responde a los mismos pactos de siempre. La misoginia disfrazada de oposición es una enfermedad que corroe la política desde adentro. Las operaciones mediáticas buscan no solo quebrar a la intendenta, sino enviar un mensaje disciplinador: "acá no podés hacerte valer si no jugás con nuestras reglas".
Pero lo que está en juego no es solo el futuro de una gestión, sino el respeto a la soberanía del pueblo. A los que callan, avalan o se benefician de esta acción, hay que decirles claro: no están siendo oposición, están siendo parte de un intento de golpe bajo, cobarde y antidemocrático.
Si hoy se permite que la mentira gane, mañana ningún voto va a valer nada.
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